Cuando cumplí los 16 años, Mark Mansfield dio una fiesta para mí en casa de sus padres en Hollywood Hills. Mi banda tocaría esa noche.
Mi novia, Melissa, un pequeño trago y aquella noche aprendí una valiosa lección: no me gusta mezclar alcohol y guitarra.
Me hice algunas rayas justo antes de salir y luego apenas podía tocar una nota; fue realmente vergonzoso.
Siempre ha pasado lo mismo las pocas veces que he cometido el mismo error desde aquello: nada sonaba correctamente, no podía encontrar el tono y no me apetecía tocar.
los otros son de el y sus bandas y de sus biografias.
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